El recorrido de la línea 21 puede verse en el enlace: http://www.tuzsa.es/tuzsa_frm_esquemaparadas.php. He salido de casa a las 9:59 y hacía bastante frío (-1º). Esta circunstancia no ha sido óbice para que con renovada ilusión me dirigiera hasta el inicio de la línea que está situado en el Paseo Longares nº 3. Poca gente en la parada; 3 chicas jóvenes y una señora de mediana edad. Me ha dado un poco de corte hacerle una foto a la marquesina indicadora del comienzo de línea y al propio autobús ya que me sentía observado, así que lo he dejado para otro día que no haya gente. El bus estaba parado y con las puertas cerradas. A los 5 ó 6 minutos de esperar, el conductor nos ha abierto la puerta y he iniciado mi viaje.
Al principio del trayecto iba contabilizando la presencia femenina y masculina en el bus. Inicialmente he llegado a pensar que las mujeres, en general son más madrugadoras que los hombres porque en las 4 primeras paradas, el porcentaje de viajeros era del 70% mujeres frente al 30% hombres, pero en las siguientes paradas se han ido igualando los porcentajes. El paseo ha resultado muy agradable. He podido elegir el asiento y contemplar cómodamente el pasisaje matutino que ofrece la ciudad. Poca gente por la calle a estas horas y además, el condicionamente del frío intenso creo que ha constituido otro aditamento para limitar el número de transeúntes por las vías zaragozanas.
No he controlado el tiempo del viaje (tarea para la próxima línea) pero el desplazamiento hasta el Barrio Oliver me ha resultado muy rápido.
Cuando el bus circulaba por la Avda Madrid he observado gran cantidad de tiendas y comercios ubicados en la misma avenida y en sus inmediaciones. He pensado que realmente el barrio de Las Delicias es de los más populosos y con más concentración de gente de Zaragoza. Aquí tengo otro ámbito de investigación pues me gustaría conocer cuál ha sido la evolución de este barrio desde sus inicios. Claro que, en la actualidad, con Internet, no hay problema en encontrar esa información.
El final de parada está ubicado en la calle de San Alberto Magno. Desconozco vida y milagros de este santo aunque también queda emplazado para una investigación ulterior.
Una vez apeado del bus, me apetecía caminar, o mejor dicho he pensado que la opción ideal para no pasar tanto frío era calentarme a base de caminar rápido, así es que he ido deambulando por las calles del barrio Oliver. Muchas de ellas ya conectan con el próximo barrio de Miralbueno. He observado una calle (tenía que haber anotado su nombre) con muchas parcelas bastante viejas, algunas de ellas vendidas para nuevas construcciones que ahora mismo están paradas. También he pensado en tiempos pretéritos en los que muchos gitanos vivían en estas parcelas. Todavía quedan bastantes familias de esta etnia que a esas horas estaban durmiendo (la mayoría de los payos también dormían).
He continuado mi viaje exploratorio por la calle Antonio Leyva (No sabía que era un prohombre navarro al servicio de Carlos I que derrotó a los franceses en la batalla de Pavía) y como me hacía pis, después de localizar la iglesia del barrio en la calle Fray Luis de León he buscado un bar para poder miccionar a gusto. He encontrado abierto el bar Lisboa. Situado al lado del ambulatorio Inocencio Giménez. En su interior cinco señores bastante mayores apuraban (nunca mejor dicho) sus cigarros y uno de ellos un puro, con lo cual el ambiente de bar se hacía bastante irrespirable. He tomado un té con limón y he esperado un tiempo prudencial disumulando mis urgencias por aliviar la vegiga antes de ir al baño. Como se estaba calentito y aún faltaba un cuarto de hora para la misa, he estado espiando de reojo a un señor que se había apoderado del periódico y que parsimoniosamente iba dejando atrás hoja tras hoja del sacrosanto Heraldo de Aragón. Mis deseos no se han visto complacidos ya que mi reloj ya señalaba las 10:56 y el susodicho señor todavía estaba encarando "El Domingo" del Heraldo.
He decidido pues pagar (1,05 €) el té y me he encaminado a la Parroquia de la coronación de la virgen.
Una vez traspasada su añeja puerta de madera he podido vislumbrar el panorama eclesial dominical: unos 10 niños y unas 30 señoras mayores y de mediana edad estaban ya preparando, con ayuda del cura la misa de las 11.
Más gente se ha ido incorporando al evento y, finalmente he podido contabilizar unos 19 niños pequeños y aproximadamente 50 personas mayores, la mayoría mujeres. El cura yo creo que también rondaba los 70 si no los superaba.
Varios niños han leido pequeños fragmentos o peticiones al Señor y una chica de más edad ha leído la epístola (creo recordar que se llama así). Después el cura ha seguido con la celebración y ha "echado" el sermón provisto de un micro en la mano y bajando del altar para estar más próximo a los feligreses. Su voz era grave y agradable. Valdría para locutor. El mensaje que pretendía transmitir me ha parecido un poco simple: María visita a su prima Isabel que está embarazada y realiza el camino andando hasta la casa de su prima. La conclusión del sacerdote es que al igual que María, los humanos debemos implicarnos a fondo en las cosas que hacemos y hacerlas bien. No he visto mucha conexión entre una cosa y otra aunque, estoy de acuerdo con el mensaje de hacer bien las cosas ¿Alguien podría estar en desacuerdo con esto?
No me ha parecido oportuno permanecer más tiempo en el templo y he decidido salir aprovechando que, de nuevo, los niños iban a intervenir.
He caminado de regreso por la calle Antonio Leyva y he observado que el ayuntamiento quiere acondicionar el túnel por el que pasaba el ferrocarril para casa de juventud. Un panel con el plan "ñ" así lo recordaba públicamente. He observado el estado de deterioro en el que se encuentra el "corredor verde" a la altura del Barrio Oliver e incluso he realizado unas fotos a unos apliques empotrados cuyas bombillas han sido arrancadas.
Finalmente he tomado de nuevo el bus en la ya citada varias veces calle Antonio Leyva y, una vez acomodado en un asiento con buenas vistas, he reemprendido el regreso hasta el Paseo Longares.
Todavía me ha quedado tiempo de dirigirme hasta el Paseo de la Ribera para "supervisar" las obras de construcción de una cafetería que se llevan a cabo en el embarcadero de Vadorrey. Han colocado una especie de vela de barco de grandes proporciones para proteger a los futuros usuarios de estas instalaciones. Me encantará tomar un té en la terraza en un día soleado de primavera acompañado de Rosa Mari.
Ya de regreso a casa he pasado por la nueva rampa que han construido en el Parque de Oriente y también por debajo de gnomón (no sabía que se llamaba así) que, de momento todavía está sin terminar.
Esta mañana dominguera me lo he pasado de maravilla.
Al principio del trayecto iba contabilizando la presencia femenina y masculina en el bus. Inicialmente he llegado a pensar que las mujeres, en general son más madrugadoras que los hombres porque en las 4 primeras paradas, el porcentaje de viajeros era del 70% mujeres frente al 30% hombres, pero en las siguientes paradas se han ido igualando los porcentajes. El paseo ha resultado muy agradable. He podido elegir el asiento y contemplar cómodamente el pasisaje matutino que ofrece la ciudad. Poca gente por la calle a estas horas y además, el condicionamente del frío intenso creo que ha constituido otro aditamento para limitar el número de transeúntes por las vías zaragozanas.
No he controlado el tiempo del viaje (tarea para la próxima línea) pero el desplazamiento hasta el Barrio Oliver me ha resultado muy rápido.
Cuando el bus circulaba por la Avda Madrid he observado gran cantidad de tiendas y comercios ubicados en la misma avenida y en sus inmediaciones. He pensado que realmente el barrio de Las Delicias es de los más populosos y con más concentración de gente de Zaragoza. Aquí tengo otro ámbito de investigación pues me gustaría conocer cuál ha sido la evolución de este barrio desde sus inicios. Claro que, en la actualidad, con Internet, no hay problema en encontrar esa información.
El final de parada está ubicado en la calle de San Alberto Magno. Desconozco vida y milagros de este santo aunque también queda emplazado para una investigación ulterior.
Una vez apeado del bus, me apetecía caminar, o mejor dicho he pensado que la opción ideal para no pasar tanto frío era calentarme a base de caminar rápido, así es que he ido deambulando por las calles del barrio Oliver. Muchas de ellas ya conectan con el próximo barrio de Miralbueno. He observado una calle (tenía que haber anotado su nombre) con muchas parcelas bastante viejas, algunas de ellas vendidas para nuevas construcciones que ahora mismo están paradas. También he pensado en tiempos pretéritos en los que muchos gitanos vivían en estas parcelas. Todavía quedan bastantes familias de esta etnia que a esas horas estaban durmiendo (la mayoría de los payos también dormían).
He continuado mi viaje exploratorio por la calle Antonio Leyva (No sabía que era un prohombre navarro al servicio de Carlos I que derrotó a los franceses en la batalla de Pavía) y como me hacía pis, después de localizar la iglesia del barrio en la calle Fray Luis de León he buscado un bar para poder miccionar a gusto. He encontrado abierto el bar Lisboa. Situado al lado del ambulatorio Inocencio Giménez. En su interior cinco señores bastante mayores apuraban (nunca mejor dicho) sus cigarros y uno de ellos un puro, con lo cual el ambiente de bar se hacía bastante irrespirable. He tomado un té con limón y he esperado un tiempo prudencial disumulando mis urgencias por aliviar la vegiga antes de ir al baño. Como se estaba calentito y aún faltaba un cuarto de hora para la misa, he estado espiando de reojo a un señor que se había apoderado del periódico y que parsimoniosamente iba dejando atrás hoja tras hoja del sacrosanto Heraldo de Aragón. Mis deseos no se han visto complacidos ya que mi reloj ya señalaba las 10:56 y el susodicho señor todavía estaba encarando "El Domingo" del Heraldo.
He decidido pues pagar (1,05 €) el té y me he encaminado a la Parroquia de la coronación de la virgen.
Una vez traspasada su añeja puerta de madera he podido vislumbrar el panorama eclesial dominical: unos 10 niños y unas 30 señoras mayores y de mediana edad estaban ya preparando, con ayuda del cura la misa de las 11.
Más gente se ha ido incorporando al evento y, finalmente he podido contabilizar unos 19 niños pequeños y aproximadamente 50 personas mayores, la mayoría mujeres. El cura yo creo que también rondaba los 70 si no los superaba.
Varios niños han leido pequeños fragmentos o peticiones al Señor y una chica de más edad ha leído la epístola (creo recordar que se llama así). Después el cura ha seguido con la celebración y ha "echado" el sermón provisto de un micro en la mano y bajando del altar para estar más próximo a los feligreses. Su voz era grave y agradable. Valdría para locutor. El mensaje que pretendía transmitir me ha parecido un poco simple: María visita a su prima Isabel que está embarazada y realiza el camino andando hasta la casa de su prima. La conclusión del sacerdote es que al igual que María, los humanos debemos implicarnos a fondo en las cosas que hacemos y hacerlas bien. No he visto mucha conexión entre una cosa y otra aunque, estoy de acuerdo con el mensaje de hacer bien las cosas ¿Alguien podría estar en desacuerdo con esto?
No me ha parecido oportuno permanecer más tiempo en el templo y he decidido salir aprovechando que, de nuevo, los niños iban a intervenir.
He caminado de regreso por la calle Antonio Leyva y he observado que el ayuntamiento quiere acondicionar el túnel por el que pasaba el ferrocarril para casa de juventud. Un panel con el plan "ñ" así lo recordaba públicamente. He observado el estado de deterioro en el que se encuentra el "corredor verde" a la altura del Barrio Oliver e incluso he realizado unas fotos a unos apliques empotrados cuyas bombillas han sido arrancadas.
Finalmente he tomado de nuevo el bus en la ya citada varias veces calle Antonio Leyva y, una vez acomodado en un asiento con buenas vistas, he reemprendido el regreso hasta el Paseo Longares.
Todavía me ha quedado tiempo de dirigirme hasta el Paseo de la Ribera para "supervisar" las obras de construcción de una cafetería que se llevan a cabo en el embarcadero de Vadorrey. Han colocado una especie de vela de barco de grandes proporciones para proteger a los futuros usuarios de estas instalaciones. Me encantará tomar un té en la terraza en un día soleado de primavera acompañado de Rosa Mari.
Ya de regreso a casa he pasado por la nueva rampa que han construido en el Parque de Oriente y también por debajo de gnomón (no sabía que se llamaba así) que, de momento todavía está sin terminar.
Esta mañana dominguera me lo he pasado de maravilla.
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