El ejercicio de la escritura del blog conlleva un importante componente de selección de contenidos del circuito realizado retenidos en la memoria. Como siempre, han pasado muchas cosas, pero sólo iré reseñando aquellas que ahora afloran a mi conciencia. La percepción humana es selectiva y la selección se realiza con la criba de la personalidad de cada uno.
Después de llevar a mi hija mayor a la estación de Delicias en compañía de Rosa Mary, hemos vuelto a casa y, rápidamente, he encarado el nuevo reto de hoy saliendo dispuesto a vivir una nueva aventura dominguera. El día me ha engañado un poco pues dentro del coche no se apreciaba el fresquillo mañanero y he salido más bien de primavera. Así es que en los primeros pasos por el Puente de la Unión ya he podido percibir el aviso inmisericorde del cierzo que habita en el cauce del Ebro.
Sin embargo, haciendo gala de mi aragonesa tozudez he redoblado el paso y continuado mi trayecto como si tal cosa. Sólo me he detenido un momento para tomar unas fotos de una nave industrial derruida del extinto polígono ubicado en el inicio del puente, en su ribera izquierda. También he tomado nota de la empresa destrozadora: http://www.casale.com/ y de la que se supone que reedificará en el solar cuando quede expédito de escombros: http://www.arascon.com/
Así, he continuado el pedestre viaje y arribado a la calle Miguel Servet donde ya sabía podía tomar el 38 en dirección a la residencia Pignatelli. Como el bus tardaba, he aprovechado para constatar la cantidad de locales en alquiler o en venta por el cese de negocios que, otrora, constituían boyantes proyectos en marcha. "Consecuencias de la crisis" -he pensado- Los grandes negocios (especialmente bancos y supermercados) se comen a los pequeños. Aún así también he pensado que los pequeños pueden mantener su hueco de mercado siempre y cuando acierten con el producto o servicio y con la forma de ofrecerlo.
La sucesiva llegada del 39 y del 40 han encendido falsas alarmas porque me encontraba bastante distante de la parada. Finalmente, el 38, con dos maduras viajeras ha hecho su aparición y yo he subido al vehículo.
Un original recorrido salpicado de baches que el bus, inclemente, no disimulaba para nada. El traqueteo no ha cesado en todo el viaje. Creo que ha ejercido un efecto hipnótico en mí porque cuando hemos llegado al final de trayecto el conductor me ha tenido que avisar para que me bajara. ¿No va hasta la residencia Pignatelli? -he preguntado inocentemente- NO, los domingos sólo llega hasta Vía Hispanidad, me ha contestado el conductor al tiempo que hacía que las puertas se abrieran como expédita invitación para que yo me apeara.
Así es que de nuevo he paseado por las calles de la urbanización Alférez Rojas como ya lo hiciera en mi anterior visita y, por variar un poco, he pasado al interior del parque del Psiquiátrico ya que no lo había visto con anterioridad.
Un corto paseo por el parque me ha servido para descubrir nuevas perspectivas y también varias fuentes y estanques que no conocía. Dada mi natural inclinación por estas instalaciones he aprovechado para tomar varias fotos. Cuando se toman fotos en las que no aparecen personas, siempre que sale agua por algún sitio, parece como si la instantánea estuviera más "viva". También he tomado alguna foto a las instalaciones del Psiquiátrico que, ahora, quedan parcialmente ocultas tras la vegetación.
Una vez concluida mi misión he retornado al punto de inicio-fin del trayecto de la línea 38 y he esperado a que viniera el bus. En un instante, mansamente, un nuevo vehículo se ha acercado a la parada. He accedido a él y el aparato controlador de billetes muy amablemente me ha concedido la gracia de viajar en la condición de "trasbordo", es decir, el viaje de vuelta no me ha costado nada.
En esta ocasión el autobús soportaba mejor los fallos del asfalto. "Será vehículo nuevo" -he pensado- y así, tan ricamente, después de un viaje de una media hora de duración, me he visto transportado hasta las instalaciones de TUZSA en la carretera de Castellón.
Enseguida me han llamado la atención los silenciosos autobuses aparcados "en cocheras" así como un depósito al aire libre en el que permanecen alineados contenedores de basura, de cristal y de papel a la espera de su distribución por la ciudad. También he tomado varias fotos porque este espectáculo no se ve todos los días. Me daba la impresión de estar en algo así como "el hospicio de los contenedores" por el silencio que reinaba en el ambiente y por su aspecto desvalido sin arropamiento alguno. Cerca de allí se ubican así mismo las instalaciones de FOCSA, empresa encargada de la limpieza de la ciudad y también varios vehículos de la empresa reposaban silenciosos a la espera de un diestro conductor que les diera utilidad.
He rodeado a pie todas estas instalaciones para retornar a la carretera de Castellón iniciando de esta manera el segundo acto de mi visita: localización de la iglesia y asistencia a la misa. He pasado por la antigua discoteca Torreluna y por un momento me he trasladado a gloriosos tiempos en los que con mi amigo Javier Cay nos colamos en una celebración oficial haciéndonos pasar por importantes personas "Aragonensis et Unicastrus natus" y también por la Facultad de Veterinaria y continuado mi viaje por Miguel Servet. Me he desviado por Alcampo Utrillas y también he aprovechado para tomar varias fotos de las cigüeñas que año tras año deciden anidar en la antigua chimenea rehabilitada que ya ha quedado rodeada por edificios residenciales.
Me he perdido intencionalmente por calles por las que nunca había transitado como la Calle de las Flores (Supongo que las tuvo en su momento pero ahora ha desaparecido totalmente su rastro) y también por la calle Mariano Adam (por la que ya me he perdido en otras ocasiones) y, como veía que me iba hacia San José he realizado un viraje y, pasando por la Plaza Pintor Aguayo, me he encaminado hacia la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en la calle Monasterio de Poblet. Allí he comprobado dos hechos curiosos: unos altavoces "transmitían" la misa al exterior más cercano y la celebración de las 12 se aprovechaba también para un bautizo. Los pobres de rigor me observaban con curiosidad aunque ninguno de ellos me ha dirigido la palabra.
Eran las 11:20 y, por tanto, disponía de 40´para tomar algo en la taberna-bar "Vama" que había localizado anteriormente en la plaza Aguayo y parecía tener buena pinta. Dicho y hecho, hacia allá me he encaminado y, como se verá, la elección ha sido acertada.
Al penetrar en el establecimiento ya he percibido dos sensaciones que me han impactado positivamente: limpieza y orden y variedad de tapas frescas y bien presentadas. La presencia de un grupillo de jubilados que tomaban vermut bromeando entre ellos también me ha resultado refrescante; no en vano el sentido del humor -máxime a esas edades- lo considero un preciado bien al que nunca hay que renunciar. Le he preguntado a uno de ellos si el Heraldo era suyo o de la casa y muy amablemente me ha contestado que, aunque era suyo, lo tomara sin rebozo alguno. Enseguida otro contertulio me ha indicado el lugar en el que se encontraba el periódico del establecimiento por lo que no ha sido necesario recurrir a bienes privados para saciar mi sed de lectura.
Como no tenían croissanes he pedido lo de siempre: café con leche y dos churros. El camarero ha tenido la inusitada amabilidad de servirme ambos productos en la mesa y la única pena que ha impedido un total disfrute del momento ha sido el no haber traído mis gafas de ver de cerca por lo que me he tenido que conformar con la lectura de los titulares y sólo he forzado un poco más la vista y puesto ojos de topillo para leer un breve artículo en el que se loaban y concedían todo tipo de parabienes al artefacto que no hace mucho adquirí: una HTC HD2. Satisfecho al refrendar de nuevo el acierto de mi elección he pagado, me he despedido de los amables y socarrones jubilados y me he encaminado con paso alegre hacia la iglesia. Aún ha sido necesario dar un rodeo a la manzana pues faltaban 5 minutos para el comienzo de la celebración.
Quizás por la hora, la nómina de mendigos se había incrementado pues eran al menos cuatro los que facilitaban la apertura de puertas con cierto aire de dignidad al tiempo que mostraban prudentemente sus vasitos de plástico blanco por si algún feligrés se dignaba a depositar el óbolo. He pasado al interior del templo y he quedado muy gratamente sorprendido por su original factura y la grandiosidad y amplitud de espacios interiores. La luz estaba muy bien dispuesta y también la ornamentación: suficiente y bien distribuida. He reparado especialmente en la peculiar disposición de las vigas que soportan la cubierta: 6 grandes puntales de acero en forma de L invertida confluyendo todas ellas detrás del altar. La disposición de los bancos para los fieles y cierta elegancia observada entre la añeja concurrencia me han predispuesto muy favorablemente para el divino oficio.
Una señora con voz melodiosa animaba a los fieles a acompañar los cánticos y un sacerdote ubicado más atrás hacía sonar suavemente los acordes del armonium. El sacerdote oficiante nos ha recordado a todos que en primer lugar se llevaría a cabo el primer acto del bautismo de una niña (Malena) y que luego continuaría la celebración hasta la homilía.
El ritual del bautismo se ha desarrollado con gran solemnidad a la vista de los, aproximadamente, 300 asistentes a la celebración y mientras los padres contestaban a las invocaciones de rigor mi pensamiento se ha deslizado hacia la vertiente sociológica de la importancia que siguen teniendo los rituales entre los humanos. En este caso, el cantar juntos, responder juntos a las plegarias y compartir -también conjuntamente- una misma religión considero posee una gran potencia psicológica que, sin duda, actúa benéficamente entre todos los que se consideran partícipes del evento. Lo mismo podría decirse -salvando las diferencias- de un espectáculo musical, de un coro o de un grupo de amigos que practican bicicleta de montaña con la condición -claro está- de mantener ciertos rituales que mantengan el espíritu y los lazos de unión comunes.
Hoy el evangelio trataba sobre la resurrección de Jesús y he permanecido especialmente atento pues, a pesar de escuchar este pasaje en otras muchas ocasiones nunca como hoy había apreciado con tanta precisión el proceso: María Magdalena y otras mujeres iban a embalsamar al señor y se encuentran que el cuerpo ha desaparecido y sólo quedan vendas y el sudario. Se lo comunican a Pedro y otros apóstoles, etc. El resto de la celebración ha mantenido el buen tono y el ritmo imprimidos por el cura desde el principio. Sólo hubiera cambiado la segunda señora que ha leído la lectura por no estar a la altura del resto de los intervinientes. Tampoco ha sido acertada -para mi gusto- la decisión del sacerdote de retirarse casi hasta la sacristía para decir la homilía. Con la cercanía física a los fieles, su discurso mesurado y bien estructurado hubiera ganado muchos enteros. Es una pena, como ya he comentado en anteriores ocasiones que los templos no dispongan de un buzón de sugerencias para mejorar los servicios divinos.
Terminada la homilía me he puesto en pie como el resto de los asistentes y, a diferencia de ellos, yo he abandonado respetuosamente el templo. He salido a la calle y la luminosidad del día era ya manifiesta por lo que he optado por continuar mi retorno a pie.
De nuevo he observado más negocios en quiebra en Miguel Servet y tomado nota de dos bares que parecen interesantes ubicados enfrente del antiguo matadero: En la luna y De película. Realizada esta observación me he encaminado a la calle Sanz Gadea donde recordaba la existencia de una papelería (papelería Zuzú). He comprado el País y he enfilado por la Avenida de las Torres en dirección a mi casa. En Jorge Cocci me he desviado por un camino que corre paralelo al Huerva y leyendo subrepticiamente el periódico, casi sin darme cuenta he arribado a mi hogar.
Revisión de las tareas que había realizado mi mujer y, en especial la nueva disposición de flores en el jardín, saludo al resto de la familia y, sin dilación a escribir las primeras líneas de mi artículo. Ahora son las 18:18 y lo doy por terminado con la sensación -como siempre- del deber cumplido. El resto del reportaje fotográfico en: http://picasaweb.google.com/rutaviva2/Linea38VariadoRecorridoEnUnDiaVariable##
!QUE RECUERDOS TAN MARAVILLOSOS!LA ESCENOGRAFIA DE LA FIESTA FUE COMPLETA CON LA APARICION DE DOS SINDICALISTAS DE MIDY PIRENNEES,AL DIA SIGUIENTE VIMOS DE QUE IBA LA FIESTA, PERO CLARO COMO ERAMOS CIUDADANOS TENIAMOS DERECHO O !NO!. argoniensis et unicastrus natus.
ResponderEliminar