domingo, 30 de mayo de 2010

Dos semanas sin periódico y una, además sin telediarios. ¡Reto conseguido! Línea 48

Parece como si volviera de un largo viaje. Es la sensación que tengo después de permanecer dos semanas "en babia" sin enterarme (intencionalmente) de lo que ocurre en el país, o mejor dicho de lo que ocurre con los políticos y la política.

Estas dos semanas sin contacto con la actualidad me han proporcionado una visión nueva y diferente de mi habitual devenir. No, no voy a decir que se vive mejor sin noticias y sin enterarse de lo que pasa por ahí. Pero sin duda puedo afirmar que cuando te sales de la rutina diaria y de pautas que das por establecidas, descubres matices y singularidades muy, muy peculiares.

Una primera reflexión que se me ocurrió hace poco es que los personajes que habitualmente vemos en las noticias de la tele, son en realidad ¡PERSONAJES VIRTUALES! Nos llenan la cabeza con lo que ha dicho Rajoy y lo que le ha contestado Zapatero pero, en realidad, yo no he visto nunca ni he saludado a estos personajes. Tampoco he hablado con ellos, no los he olido, no he sentido nunca el apreton de sus manos al saludarme ni tampoco sé -porque no he tenido la ocasión de olfatearlos- la colonia que usan. Conclusión: Veo que la ciudadanía dedica mucho tiempo a estar pendiente de lo que dicen estos PERSONAJES VIRTUALES que solo vemos por los medios de comunicación. Parece una obviedad lo que digo pero, bien pensado, quizás fuera mejor dedicar más tiempo a noticias relacionadas con nuestros amigos, vecinos y otras personas con los que podemos disfrutar de una relación más equilibrada y enriquecedora.

Otra conclusión que saco es que, en realidad, el no enterarme de lo que pasa en España y Aragón durante dos semanas no me ha afectado en absoluto a mi vida personal y familiar. Yo he seguido con mis rutinas habituales y, en ningún momento, he percibido que la falta de información me perjudicara de alguna manera.

Una tercera observación es que el tiempo que antes dedicaba a leer el periódico, ver los telediarios o escuchar las noticias en la radio, es un tiempo que queda liberado PARA QUE YO LO PUEDA DEDICAR A LO QUE QUIERA. Mis alternativas han sido: en lugar del periódico he podido dedicar más tiempo a la lectura del libro "La vida de los planetas" que me está encantando. En lugar del telediario, he podido ver reportajes de animales en la 2 o bien "Sé lo que hiciste" en la sexta que me hace reir mucho. En la radio he escuchado música de Kiss FM que es variada y me divierte.

Reconozco que la lectura o visualización de noticias produce un cierto nivel de adicción y que es bastante difícil sustraerse por completo a lo que ocurre en el mundo. Pero de esta experiencia he sacado la conclusión que, de vez en cuando es muy saludable prescindir de ciertas cosas para vivenciar cómo te sientes al suprimirlas.

Y finalmente, también concluyo que me entretiene mucho realizar este tipo de experimentos de tal manera que ya me he propuesto para la próxima semana otro reto: escuchar y tomar nota de las conversaciones de la gente en la calle, en el bus, en las tiendas, etc, ya que tengo curiosidad por saber cuáles son las temáticas habituales sobre las que se conversa por ahí. Creo, incluso, que esta iniciativa me daría juego para otro blog que podría titular "Un reto cada semana" o bien "Mi reto semanal". De nuevo debo dar las gracias a Mihaly Csikszentmihaly que, como comenté al inicio de este blog considero, junto a Juan Comas, los padres inspiradores de esta experiencia tan enriquecedora.

Pues el caso es que hoy me he despertado sobre las 8:20 y ya a las 8:35 salía de casa después de haber masticado presurosamente un plátano y con una naranja algo "agée" para consumirla por el camino. Anteriormente me había esparcido crema solar protectora por la cara para protegerme de las inclemencias del astro rey, ahora más conocido gracias al Solar Dynamics Observatory http://ciencia.nasa.gov/headlines/y2010/27apr_plasmarain.htm?list1050987/27apr_plasmarain.htm?list1050987

Enseguida he llegado a la ribera y con paso firme y decidido he caminado contracorriente pasando por debajo del puente de Hierro y el de Piedra, cruzado la arboleda de Macanaz para llegar al puente de Santiago, saludar de nuevo a los "candados del amor" y esperar en el semáforo de Echegaray y Caballero (autores ambos de la letra y música de "Gigantes y cabezudos"). Al llegar al mercado central me he encontrado con una vistosa y colorida procesión por la diversidad en Zaragoza que me ha llamado mucho la atención, a la que le he concedido varias fotografías. Posteriormente, en un recorrido ya conocido, he remontado César Augusto para llegar hasta las cercanías de la Puerta del Carmen, al Paseo Pamplona donde ya he avistado un autobús 48 que no quería perder porque había leído que salían cada hora.

Un joven conductor también caminaba hacia el mismo bus y, para congraciarme con él, le he preguntado si ya salía o si tendría que esperar. "Salimos ya" -me ha contestado- con lo que me he sentido muy agraciado ya que deseaba tomar el bus cuanto antes para así, poder regresar antes a casa.

El trayecto se ha desarrollado sin grandes novedades. Al pasar por la Expo he podido observar la evolución de la transformación en oficinas de los edificios que anteriormente fueron pabellones ricamente engalanados. Hemos cruzado el puente del Milenio y, enseguida hemos llegado hasta el final de línea de la 48, situado en las cercanías del rastro de Zaragoza. Este hecho me ha conducido a la idea de explorar durante unos minutos el ambiente que se respiraba en el rastro. He cruzado la avenida y descendido al reino de los vendedores ambulantes, al reino de "todo se vende", al imperio de los gitanos y emigrantes que, deseosos de obtener alguna ganancia, muestran su mercancía y animan a los potenciales clientes a comprar los cachivaches más impensados.

Me he dirigido intencionalmente hacia la parte menos organizada del rastro, en la que se exponen todo tipo de productos y, para mí la mas exótica. He observado como varios números de la policía local decomisaban unas colonias de Chanel y supongo que hoy habrán realizado más intervenciones pues parecía que en ese solar se hubiera concentrado lo más rancio de la población romaní y la emigrante. He tomado varias fotos de tan variopinto espectáculo y luego, he dado media vuelta para volver sobre mis pasos y dirigirme a la recién finalizada parroquia de Santa María madre de la iglesia. Al leer el horario de misas -sólo celebraban a las 12- he tenido una pequeña decepción pues, como he dicho, debía regresar hoy pronto a casa y se me hacía muy tarde. Así es que he resuelto acudir a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la Avenida de Pablo Gargallo en la que ya estuviera anteriormente.

Llegado al sacro edificio sólo he tenido que seguir el protocolo ya establecido de ver los horarios de las misas y, enseguida he decidido acudir a la misa de 11. Eran las 10 así es que disponía de tiempo para husmear por los alrededores del barrio de La Almozara, antiguo Barrio de la Química.

Lo primero que he hecho ha sido meterme en la cafetería "La vieja carbonera" muy bien ambientada y con camareros muy atentos. Allí he saboreado un "donut" que también se llama berlina y el café con leche de rigor. Fiel a mi voto de castidad con el periódico no he tomado diario alguno y he intentado entretenerme con el internet de mi móvil que, para variar, iba más lento que una babosa (dejemos tranquilos a tortugas y caracoles). Allí he permanecido pasando el rato y urdiendo mil y un plan con creciente intensidad en función de la cafeína que pasaba al torrente sanguíneo. Cuando me ha parecido he pagado (2 €) y, de nuevo en la calle, he decidido dar un relajado paseo por el barrio.

En la calle Juan Bautista del Mazo se ubica la panadería pastelería Trébol con obrador propio que ya me había llamado anteriormente la atención. He hecho un amago de adquirir un pastel pero he reculado al observar una cola densamente poblada de gente. También se encuentran en la misma calle la pastelería Paloma con menos densidad de clientela y la panadería repostería Marga sin cliente alguno en su interior. Esta constatación me ha servido de base de reflexión de los motivos por los que la gente se inclina hacia uno u otro establecimiento. ¿Será la calidad del pan y de los productos?, ¿la cercanía a la calle principal?, ¿la calidez y exotismo de las dependientas dominicanas de Trébol? El caso es que la de nombre de flor de tres hojas es, actualmente la campeona con diferencia.

He continuado por la calle del Mazo a mazo y martillo hasta llegar a la calle Dunlop donde se ubica el taller de un antiguo conocido de Virgen del Pilar: Felipe Lobera. Su taller se llama (no podía ser de otro modo) Felober. Luego he recorrido la calle Pedro I de Aragón donde vivieran mis tíos Pilar y Asterio de los que guardo muy grato recuerdo. Eran entrañables y muy buenas personas. Como suele decirse, que Dios los tenga en su gloria porque se la merecían.

Ya de vuelta hacia la parroquia, he caminado tranquilamente por calles aledañas muy quietas y silenciosas observando cómo la gente encaraba el domingo de hoy. Exactamente a las 9:55 penetraba en el templo del Rosario para escuchar en su interior por segunda vez en lo que llevo de correrías autobuseras, la misa.

El interior del edificio ha sido repintado y presentaba un aspecto limpio e impoluto. Enseguida ha dado comienzo la misa haciendo su entrada un sacerdote más o menos de mi edad junto con su acólito.

La celebración se ha desarrollado sin grandes novedades. Reconozco que la reiteración de misas en mis recorridos autobusiles está produciendo en mí un efecto de saturación. Hoy me ha dado la impresión de que ya tengo visto todo lo que tenía que ver en lo que respecta a iglesias y religión católica. Los sermones no me aportan nada nuevo y la tipología de personas que acuden como fieles a las iglesias, tampoco. Así es que he decidido que con la línea 50 escucharé mi última misa del blog y a partir de la línea 51 canalizaré mi curiosidad en otros eventos que me puedan interesar más. Aún reconociendo la dificultad de conciliar recorrido, hora y programación de evento, espero encontrar algo que me satisfaga. Muy posiblemente sean actividades vinculadas con la ciencia las que rellenen mis últimos recorridos en autobús por Zaragoza, siempre que ello sea posible.

Del sermón de hoy sólo destacaré la anécdota de la explicación por parte del cura del misterio de la Santísima Trinidad: mostrando ostensiblemente tres dedos de la mano derecha, el sacerdote usaba este método para hacer comprensible a su público la idea de "tres en uno" ya que ningún dedo podría existir por sí solo si no permanecieran unidos al cuerpo por la mano y la muñeca. En fin, que otra vez he vuelto a pensar que estas disquisiciones no me aportan nada nuevo.

Como me ocurre últimamente, nada más terminar la homilía he salido pitando del templo dirigiéndome a continuación a una parada de bus, donde he tomado el 42 que me ha transportado hasta Valle de Broto. Allí he cogido el C1 que rápidamente me ha trasladado hasta Marqués de la Cadena, en las inmediaciones del Puente de la Unión, cerca de mi domicilio.

He llegado a casa eufórico y muy charlatán. La perspectiva de tomar un vermut con RM y los padres de Berta, amiga de Eva también me resultaba estimulante. Además su padre me iba a pasar unos vídeos sobre el universo y un libro de Brian Greene sobre supercuerdas, dimensiones ocultas y la teoría final. Todavía he tenido tiempo de escribir unas líneas con mis reflexiones sobre las dos semanas sin noticias y luego, a las 12:35 hemos salido hacia la hermosa vivienda de los Comas. Después de ponernos al día con las últimas novedades sobre la decoración de su casa y del jardín, hemos partido en compañía de nuestras hijas hacia el bar "El Marqués". También hemos visitado "La Rosa". Yo he hablado de lo divino y de lo humano y, de vuelta a casa, me he traído no dos sino tres libros, ya que se ha añadido el libro de poesías de José Antonio Conde "El ángulo y la llaga" y "Física de lo imposible" de Michio Kaku.

Hemos empezado a comer a las 15:35 y devorado el menú con buena gana. De nuevo, medio vaso de vino de Rioja ha hecho, con la comida, las delicias de mi paladar. Como siempre, la tradicional cabezada y el repaso a las flores. Después a escribir el blog. Una sensación de serenidad y de "todo en su sitio" ha ido invadiendo mi espíritu. Vivo, disfruto y tengo ilusiones. ¿Qué más puedo pedir?


2 comentarios:

  1. Has elejido estos tiempos para evadirte, estamos todos muy saturados de noticias negativas, pero claro tenemos que sobrevivir y enriquecer la vida
    con otras cosas, que por pequeñas que sean, alimentan y dan sentido a la vida, un abrazo.

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  2. Un periódico sólo con noticias positivas! www.pozik.net

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