domingo, 5 de septiembre de 2010

Línea N1. La noche es de los jóvenes

El comienzo de mi experiencia nocturna ha resultado más fácil de lo que esperaba. No disponía de referencias claras de horarios ni lugares de salida y me intrigaba adivinar el ambiente que se respiraba en los "buhos". Nada de ello ha sido óbice para mi empeño por coronar el objetivo propuesto desde el inicio de este blog. Así es que el viernes, 3 de septiembre, salía de casa a la redonda hora de las 12 de la noche (las 00:00 en mi reloj digital).

Yo soy más bien de hábitos diurnos por lo que -sin desagradarme- la excursión nocturna no me atraía especialmente. Tuve que vencer varios conatos de sueño antes de ponerme en marcha y, finalmente al sentirme ya más despejado, inicié el camino dirección Plaza de Aragón. Invité a mi señora a que me acompañara pero declinó amablemente la invitación pues no le veía mucho sentido al desplazamiento a pie para una finalidad tan simple como realizar un recorrido en bus desde el centro de la ciudad hasta el barrio de Santa Isabel.

Según iba caminando por la Avenida Cataluña, me iba despejando progresivamente. Como es sabido, caminar proporciona inusitadas reflexiones mentales y, en mi caso, iba pasando de un tema a otro con gran facilidad. Hubo un rato que anduve recordando la canción de Sabina:

Negra noche, no me trates asíii,
negra noche, espero tanto de tí.
Noche maquillada, como una maniquíii,
noche perfumada con pachulí, con pachuli
A su vez, el segundo verso me recordó los años de mi juventud en los que, efectivamente, mucho se esperaba de las innumerables noches de marcha cuando salíamos con los amigos por la ciudad o en las fiestas de los pueblos.

En un momento dado, descubro que casi no llevo batería en el móvil (y para variar que no me he cogido las gafas de ver de cerca) por lo que las fotos que realice tendrán que ser sin flash. Me voy cruzando con chicos y chicas jóvenes. Unos van y otros vienen. La noche noche, todavía no ha comenzado a las 00:30 en Zaragoza.

En el Puente de Piedra tomo una foto experimental sin flash, a sabiendas que no me saldrá muy bien, pero hay que dejar constancia de la salida. Poco a poco me voy acercando a la Plaza de España y cada vez se ve más personal (joven) por el centro. También alguna pareja más mayor, él con ojos somnolientos. Enfilo por el Paseo Independencia y enseguida adivino la silueta de dos autobuses esperando en el comienzo de línea: el N3 y el N1. Son las 00:49 y me alegro al suponer que el primer servicio arrancará a la 1 de la madrugada.

Subo el peldaño de acceso al bus y la conductora me facilita un billete.

El servicio nocturno es gratuito. Otra pequeña alegría ya que no tenía claro cuántos viajes me quedaban en la tarjeta-bus.

Esperaba encontrarme con un jolgorio tremendo y el bus abarrotado de gente. Iba incluso prevenido no fuera a vomitarme alguien por encima del hombro, pero sólo viajamos 6 personas y yo: cuatro chicas jóvenes y dos señoras más mayores. Las chicas jóvenes todas ellas conectadas con su móvil, bien escuchando canciones bien realizando alguna críptica consulta, bien hablando -sin tasa de tiempo- con algún interlocutor indefinido.
Arranca el bus y se inicia un meteórico viaje. En muchas paradas no se detiene porque no hay gente esperando. Por la noche hay mucha menos circulación y, por tanto los desplazamientos son más rápidos.

Llegamos al Barrio La Jota, lugar de inicio de mi viaje a pie al centro y, después de pasar por Vadorrey, enfilamos de nuevo a la Avenida Cataluña.

En el viaje se ha subido un alumno conocido pero él no me ha visto o disimula. Me interrogo por su "temprano" regreso a casa. Lo más fácil sería preguntárselo pero no me apetece mucho hablar, así que contemplo como el alumno se apea cerca de la gasolinera de Santa Isabel y el viaje continúa.

Seguimos por la Avenida de Santa Isabel y luego por la Avenida del Real Zaragoza, donde el bus da la vuelta y se dispone a regresar al centro de la ciudad.


Le digo a la conductora que no me apeo y que continúo en el viaje de regreso y me facilita otro billete gratuito de vuelta. Salimos a la 1:30 y a la 1:36 ya nos hemos presentado en la Plaza Mozart donde me bajo. Llego de nuevo a mi casa a la 1:45 con la sensación del deber cumplido pero un poco "noqueado" por lo extraño de la hora para mis pautas habituales de sueño.

Sobre las 2:00 ya estoy en la cama. Lo malo es que mañana subo a Uncastillo y tengo que levantarme a las 8:00. Bueno, no ha estado mal la jornada.

1 comentario:

  1. Nos cuesta mucho trasnochar, aunque nos adaptamos a todo; la Zaragoza de noche es muy bonita y tiene su encanto; has acertado con no poner el flahs, te han salido unas fotos bonitas, te ha salido lo que el ojo ve, un abrazo de Chavierín...

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